A ABRIL 2022
Hoy enfrentamos un entorno más desafiante. Seguimos encontrando una fuerte competencia por activos inmobiliarios en todos los verticales, incluido el de retail. La compresión de cap rates observada durante el verano del 2021 nos obliga a redoblar los esfuerzos en el proceso de búsqueda de activos y nos exige mayor creatividad en las estrategias de inversión, siempre privilegiando buenas ubicaciones, con características defensivas y que nos aporten diversificación de la composición de arrendatarios y valor al momento de vender el portafolio, cuando llegue el momento.
A lo anterior, se suma el aumento de la inflación registrada en los últimos trimestres y su efecto en las las tasas de interés cortas y de largo plazo, lo cual afecta el costo de financiamiento. Algunos analistas piensan que dicho fenómeno debería ser transitorio y la inflación debería regresar a niveles normales a finales del 2022, en la medida que los efectos de la pandemia en la producción y transporte se disipen. Sin embargo, la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia por parte de Occidente, han generado una fuerte subida de precio en los commodities, haciendo más difícil de predecir que pasará con la inflación, el crecimiento y las tasas de interés durante el 2022. Todo apunta hacia una desaceleración de la economía, pero con una inflación que tardará más en ceder.
En este entorno, nuestro foco estará en aumentar la participación en activos con contratos de arriendo que permitan reajustar las tarifas en el corto plazo, como una forma de compensar los afectos adversos del costo de financiamiento. Dentro de los próximos meses, deberíamos observar algún efecto en los cap rates, que compense parcialmente el mayor costo financiero, y así seguir completando el portafolio.